Todo lo que se fabrica en el mundo, ya sean productos que podemos tocar, como por ejemplo un coche, o la comida, o bienes que no podemos tocar, como la electricidad, necesitan de los recursos naturales para existir. Dicho de otro modo, sin ellos no podríamos hacer nada y de ahí una de las grandes preocupaciones de nuestro siglo: el agotamiento de los recursos naturales.
Entidades muy distintas entre sí, como son el Bank of America y WWF, están de acuerdo: los estudios que han realizado indican que la actividad humana está agotando los recursos terrestres a una velocidad mayor de la que se había calculado. Si no cambiamos algo o bajamos el ritmo, se estima que para 2050 necesitaríamos dos planetas y medio para abastecer las necesidades actuales del mercado.
Otro dato preocupante: los recursos naturales de los que, en principio, disponía España para el 2022 se agotaron el pasado 12 de mayo, lo cual significa que estaremos el resto del año consumiendo recursos que corresponderían al próximo año. No sólo agotamos el presupuesto ecológico anual en menos de medio año, sino que gastamos más recursos de los que la Tierra es capaz de volver a generar en un año.
Los recursos naturales los ofrece el planeta sin ningún tipo de intervención humana y son imprescindibles para la vida en la Tierra. Estos, como ya sabemos, pueden ser renovables, es decir, que no se gastan (como el sol, el viento, etc.), o no renovables, que se van gastando (como los minerales, el petróleo, el gas…).
Cómo cuidar los recursos naturales
El uso indebido y/o excesivo de un recurso natural es lo que conocemos como sobreexplotación. Las actividades que abusan de los recursos naturales podrían regularse mediante leyes que prohíban ciertas prácticas. Por eso es tan importante la concienciación y la educación sobre este tema.
Así pues, veamos en detalle cuáles son los recursos naturales más dañados actualmente:
- El agua
El agua es uno de los recursos naturales más valiosos que tenemos, pero es también uno de los más sobreexplotados. Por ejemplo, de los acuíferos se extrae más agua de la que la tierra es capaz de recargar de forma natural.
Para cuidar de este recurso, deberíamos respetar el ciclo natural del agua y no vaciar reservas de agua naturales a nuestro antojo. Los problemas de no encargarse bien del agua son muy graves, como las sequías o las inundaciones.
- Los bosques
La deforestación de los bosques es un tipo de sobreexplotación que también acarrea graves consecuencias climáticas. Cuando se talan árboles para hacer muebles o elaborar papel de forma irresponsable, es cuando se hace a un ritmo más alto de más del que pueden volver a crecer los árboles.
Para tratar los bosques de forma adecuada, no solo hay que reducir el consumo de madera apostando por productos reciclados, sino que también hay que trabajar en la recuperación de ecosistemas dañados.
- El suelo
Se calcula que un tercio de la tierra de nuestro planeta está gravemente degradada, y que se están perdiendo 24 mil millones de toneladas los suelos fértiles al año como consecuencia de las malas prácticas agrícolas.
Sí, la agricultura intensiva es otra forma de sobreexplotación. No sólo representa una pérdida de suelo y una contaminación del mismo, sino que también provoca un gasto de agua enorme. De hecho, debido a la pérdida de fertilidad y a la desertificación de muchos territorios, se espera que el consumo de agua para la agricultura aumente hasta un 20% para 2050.
La solución es apostar por una agricultura más responsable y apoyar a los cultivos sostenibles. Tanto las grandes empresas como los ciudadanos de forma individual podemos fomentar unas prácticas respetuosas con el medio ambiente a la hora de producir alimentos.
- El mar
La sobrepesca es uno de los mayores problemas en territorio marino. Si seguimos extrayendo una gran cantidad de peces sin que puedan reproducirse, acabaremos por extinguir muchas especies marinas y las consecuencias de ello serán terribles, no solo para nuestra alimentación sino para todos los ecosistemas.
Para controlar este desastre es necesario, en primer lugar, reducir el consumo de pescado y, en segundo lugar, poner leyes estrictas en el mar, que hoy día es tierra de nadie.
- Las reservas de gas y petróleo
La extracción de gas y petróleo también es excesiva, pero van al ritmo de la demanda de la industria, los hogares y los medios de transporte. Si empezamos a mirar de dónde viene la energía que consumimos y apostamos por las energías renovables, estaremos contribuyendo al cuidado de estos recursos naturales.
Con todo, de lo que se trata es de cambiar una mentalidad que hemos adoptado tras algunas pocas décadas de industrialización. Solo tenemos que darnos cuenta de que es posible hacer las cosas de otra manera mientras ayudamos a la recuperación del medio ambiente.